Cuando digo a las personas que agradezcan por sus deudas, suelen responderme: ¿Estás loco, Ricardo? ¿Cómo voy a agradecer por mis deudas? ¡Hola! Soy Ricardo Garzamont, coach empresarial con amplia experiencia y en esta publicación les diré por qué te conviene ser agradecido con tus deudas.
¿Cómo decirles gracias a las deudas si son algo negativo? Yo siempre he dicho que jamás debes enfocarte en salir de tus deudas. Se trata de un enfoque negativo, que no permite ver más allá. Es preciso cambiarlo y mostrarse agradecido. Pero ¿por qué? Cuando las personas se mueven para lograr sus metas, cambiar hábitos, entre otros, lo hacen por dos razones principales: una se refiere a los beneficios obtenidos o la sensación placentera que obtenemos al lograr algo; la otra es por el dolor que algo nos produce.
Todas las personas nos movemos por esas razones, aunque algunos lo hacen más por el placer y otros por el dolor. ¿Qué te mueve? ¿El placer o el dolor? La mayoría se mueve por el dolor. Con respecto al placer, se relaciona con aquello que se obtendrá, ya sea un premio, una casa, un carro, entre otros. Ese es el placer que a muchos nos mueve. El dolor que nos mueve se relaciona con la pérdida de un empleo, el quiebre de una empresa, la falta de recursos para pagar cosas, entre otros.
Si nos movemos por el dolor o placer que nos produce algo, ¿por qué es importante agradecer a nuestras deudas? Porque las deudas nos hacen salir de nuestra zona de confort. Recuerda que estar cómodo no siempre es bueno. Con esto no quiero decir que te endeudes demasiado, sino que agradezcas a las deudas, ya que, en ocasiones, son ellas las que te hacen sentir el dolor que te hace moverte y alejarte de la zona de confort.
En mi larga trayectoria como coach empresarial, me he percatado que hay personas que no tienen deudas, que se mueven por el dolor y nunca por el placer y que se mantienen toda su vida en la comodidad. Algunos dirán que la zona de confort es agradable y te evita malestares, no obstante quienes afirman esto no crecen, no se superan, no mejoran, no aprenden y nunca logran objetivos nobles. La comodidad es asesina de sueños y hace que las personas no se planteen metas a largo plazo, que implican deudas.
Mi experiencia como coach empresarial me ha enseñado que, cuando sentimos incomodidad por una deuda (sin enfocarnos en el placer), la deuda nos impulsará y hará que hagamos cosas nuevas, que tengamos más citas de venta, contacto con otras personas, que volvamos más eficiente nuestro negocio, que optimicemos la administración de nuestra empresa, que gestionemos adecuadamente nuestro tiempo para producir más. En la mayoría de los casos, tener deudas es muy positivo y un compromiso con nuestra superación personal y profesional.
Las deudas también tienen un contenido negativo, ya que nos hacen sentir incómodos, nos causan emociones pesadas e impide observar los placeres asociados con nuestros objetivos. Cuando tenemos deudas, el problema reside en enfocarnos únicamente en las deudas y no en lo que queremos obtener a través de ellas. Algunas veces nos enfocamos en las deudas y solo queremos salir de ellas sin ir más allá. Cambiemos el enfoque y no dejemos que las deudas mismas paralicen nuestro deseo de crecer y superarnos.
Agradece a tus deudas, que te permite y ayuda a salir de tu zona de confort, que es cómoda en apariencia y que no es productiva ni positiva. El agradecimiento te permitirá ver que son positivas y te ayudarán. Este nuevo enfoque lo cambia todo, además la mayoría del contenido negativo de las deudas desaparece.
Tal y como menciono en mis conferencias para empresas, la positividad impacta en nuestra mentalidad y el cambio de enfoque para saldar las deudas traerá muchos beneficios a mediano y largo plazo. En cambio, si te enfocas solo en lo negativo de lo que debes pagar, quedarás limitado. Recuerda que lo negativo debe ser incómodo y debe moverte. No debe ser un obstáculo para mostrar agradecimiento.
Suelo mencionar la historia de unos japoneses que recogían peces de una pecera grande. Los pescados que recogían estaban muertos, es decir, no estaban frescos. ¿Por qué? Porque se quedaban en su zona de confort, en un estanque y morían. Lo que hicieron los japoneses fue meter tiburones en las peceras donde pescaban para que los peces no dejarán de moverse, lo que permitía que llegaran frescos, ya que no dejaban de moverse.
Es lo que quiero que hagas, que no dejes de moverte. Por tal motivo, agradece a esa deuda o tiburón que te ayuda a moverte rápido. Agradece y enfócate en algo mejor que simplemente pagar las deudas. Si esta publicación te gustó, compártela y ayuda a otras personas con deudas para que cambien de enfoque. Si deseas más información de mis conferencias motivacionales, marca al +52 (81) 8000 1971 o completa el formulario en mi sitio web. ¡Nos vemos pronto! Mientras tanto SUEÑA. VIVE. REALIZA.. Te Mereces lo MEJOR. ¡Muchas Gracias!
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