Cuando hablamos del éxito y competencias en las organizaciones, contar con capital humano de calidad es indispensable, pues este depende el éxito de la compañía, que a su vez puede llegar hasta donde se encuentren los límites de su fuerza de trabajo. En los modelos laborales anticuados, la figura del jefe era la del ejecutivo más importante, que delegaba la mayor parte de las tareas y solo se enfocaba en la entrega de resultados, sin poner atención en los procesos para alcanzar el éxito; sin embargo gracias a la evolución de los RRHH y del coaching empresarial, se ha podido reemplazar este concepto por el de liderazgo.
El líder es, en la escala jerárquica, el superior de los colaboradores, quien asigna tareas, las revisa y tiene una gran importancia dentro de la organización, pero no se limita a regañar o a controlar a los colaboradores que están a su cargo, sino que busca el trabajo cooperativo, coordinado, la ayuda recíproca, ser un ejemplo de inspiración para que el resto del equipo alcance los objetivos con un desempeño eficiente y eficaz.
No todas las personas somos líderes natas, es decir, que poseen las cualidades necesarias para establecer objetivos, guiar a los compañeros, establecer un diálogo asertivo con los colaboradores y otros rasgos que se presentan desde el nacimiento, de forma natural. Pero sí es posible desarrollar estas cualidades en las personas que no las poseen, o potencializarlas en los líderes por naturaleza para que enfoquen sus habilidades de forma positiva y exitosa entre sus colaboradores.
Además, se ha demostrado que los entornos más creativos y con mejor desempeño laboral son aquellos con un contexto relajado, que les permita tomar descansos cuando lo necesiten.
Solo podemos pedir en otros lo mismo que nosotros les damos.
Además de evitar la creación de posibles problemas, la escucha y trato amable permiten que el colaborador se siente en un ambiente de mayor confianza y pueda expresar sugerencias para el trabajo, que probablemente no se nos hayan ocurrido y que puedan mejorar el proceso de trabajo en un área en especial.
Tampoco es bueno ser demasiado “blandos”, ya que muchas veces el líder se enojará y tendrá que llamar la atención a uno o varios colaboradores, pero se recomienda hacerlo en privado y tomar las medidas necesarias para corregir las actitudes o solucionar los conflictos presentados.
Un líder tiene un gran peso sobre sus hombros, ya que tanto la empresa como los equipos de trabajo dependen de sus habilidades, y probablemente deba rendir cuentas a alguien más, por lo que puede necesitar ayuda para potenciar sus habilidades, detectar las diferentes personalidades de sus colaboradores, resolver problemas y generar niveles elevados de confianza y satisfacción en el trabajo.
Si buscas ayuda para mejorar tus habilidades como líder o las habilidades de tus colaboradores, el coaching empresarial es una excelente alternativa y el Coach Ricardo Garzamont (Ricky Garza) puede ayudarte a formar líderes de excelencia; conócelo e incrementa el éxito de tu negocio.
«Hoy me levanté y no me dieron ganas de hacer nada». ¿Te sientes igual? Seguramente…
Hace varios años estudié física y aprendí una regla básica: toda acción produce una reacción.…
Definitivamente, no hay mejor historia que la de una tortuga ganándole a una liebre una…
Actualmente, muchos emprendedores viven en una prisión mental. Si ese es tu caso, deseo que…
No siempre se trata de escuchar frases de motivación. A veces, también necesitas taparte los…
¿Afectas a tu equipo? ¿Afectas a tus clientes? ¿Afectas a tu entorno? ¡Hola! Soy Ricardo…