Por: Ricardo Garzamontemayor (coach en México)
Un padre llevó a su hijo al zoológico con la finalidad de ver al León, el atractivo principal. Juntos salieron caminando rumbo al zoológico, con la ilusión de poder ver de cerca al “Rey de la Selva”. En el camino se detuvieron para desayudar y mientras comían, platicaban de varios temas. El niño estaba muy entusiasmado, mientras el padre acelerado, se levantó inmediatamente al terminar su último bocado, y seguir el camino. El niño venía saltando y cantando, mientras el padre solo lo miraba y le pedía que ya no saltara pues todavía les faltaba mucho por recorrer.
En el camino se encontraron con una viejita (anciana) que quería cruzar una de las avenidas principales, pero no podía. Traía un bastón que hacía suponer estar mala de alguna de sus piernas. Juntos, el padre y su hijo ayudaron a la viejita a cruzar la avenida. Mientras cruzaban la calle, el niño le platicaba que iban de camino al zoológico para ver al León. La viejita, estaba inmensamente agradecida con ellos y les regaló una hoja llena de canciones para niños. El padre y su hijo siguieron con su camino. El niño no dejaba de cantar las canciones que la viejita les había regalado, mientras el padre solo veía el reloj y le pedía al pequeño que se apresurara. El niño estaba ansioso por estar frente al “El Rey de la selva”, al no saber cuánto tiempo faltaba para llegar constantemente preguntaba a su padre cuanto faltaba.
Era un día fresco y las nubes comenzaban a tapar el sol, de pronto se vino un aguacero impresionante, ambos corrieron a una cochera para resguardarse. Al voltear se dieron cuenta que la cochera estaba llena de videojuegos, era el lugar ideal para pasar un rato y hacer tiempo para que bajara la lluvia. Mientras el niño jugaba su padre caminaba dando vueltas como león enjaulado, esperando el momento de seguir adelante. Después de varios minutos la lluvia bajo de intensidad y siguieron su camino. El padre caminaba más rápido y le insistía a su hijo que dejara de jugar.
Más adelante se toparon con un rio que no tenía puente para cruzar. Juntos recopilaron piedras grandes para lograr cruzar al otro lado, fueron muchas piedras las que juntaron, y finalmente lograron cruzar el río.
Después de caminar algunas cuadras más, a lo lejos se podía observar la entrada al zoológico. Corriendo el niño estiraba a su padre para que caminara más rápido. Cuando llegaron vieron que había una fila muy larga para entrar y se formaron de inmediato. Mientras estaban formados el niño le preguntaba a la gente alrededor si ya conocían al león. Las demás personas a su alrededor le contaban como era el león y le platicaban de su enorme boca, dientes, cola, etc. Finalmente entraron al zoológico, y de inmediato se dirigieron a la jaula del León…… WWWWWOOOOOOOWWWWWW gritó el niño GGGGRRRRRRRRRR dijo tratando de imitar el sonido del León. Sus ojos no paraban de mirar a la jaula, siguiendo cada movimiento que hacía “El Rey de la selva”.
Ya en la noche que llegaron a su casa, la mama del niño le pregunta al papa que como les había ido. A lo que él contestó; bien vimos al León que por cierto estaba bastante pequeño y no era lo que me esperaba, en la foto del periódico salía más grande, pero ni modo.
La madre fue con su hijo y le preguntó ¿cómo les fue? A lo que el niño le contestó; INCREIBLE, primero fuimos a desayunar, luego ayudamos a una viejita a cruzar la calle, que por cierto nos dio unas canciones padrísimas. Fuimos a unas maquinitas a jugar un rato y juntamos piedras grandotas para poder pasar al otro lado del rio. Y cando llegamos al zoológico, platique con gente que ya había visto un León…Muy padre mamá, muy padre….
La mamá intrigada le pregunta ¿Y el León? A lo que su hijo le contesta; ES UN GATO PERO GRANDOTE…
¿Por qué no disfrutamos del camino como lo hizo el niño? ¿Cuántas veces hemos llegado a nuestra meta y no es lo que esperábamos? ¿Cuántas veces has vivido el momento y disfrutado del trayecto? Son preguntas para que reflexiones y te pongas a valorar los momentos de la vida. Porque lo más importante de una mete es el camino que recorres para llegar a ella. No pierdas tiempo y disfruta tu camino, pues quizás llegues a ver ese León que esperas con ansia y termine siendo; UN GATO PERO GRANDOTE…
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