Hay algo que suelo mencionar cuando ofrezco mis servicios como uno de los conferencistas más comprometidos con sus clientes y audiencia: no es el tamaño de tus problemas, es el tamaño de tu mentalidad. ¿A qué me refiero con ello? ¡Hola! Soy Ricardo Garzamont y vamos a comentar cómo lograr que cualquier problema grande se vuelve pequeño. ¡Comenzamos!
Te quiero contar una anécdota de mi infancia. Era muy pequeño, iba en sexto de primaria y había tronado una materia. No sabía cómo decírselo a mis padres. Sentía que se caería el mundo, que me iban a regañar y no me iban a dejar ir al estadio, que era algo que disfrutaba mucho. Hablar, decir que erré y no hice lo necesario, fue difícil para mí. No sé si te ha pasado algo similar, pero, en ese momento, era un problema enorme para mí. No dormí varios días, evitaba a mis padres, no tenía ganas de jugar por la preocupación.
¿Qué sucedería hoy en día si ocurre esa misma situación? Seguramente, las cosas serían diferentes. ¿Por qué? Porque no se trata del tamaño del problema, sino del tamaño de la mentalidad. Esta es una frase sencilla que me ha hecho resaltar entre los conferencistas por la verdad que esconde. En ese entonces, mi mentalidad no estaba en la disposición ni era suficiente para hablar con mis padres, decirles lo que sucedió y las acciones que iba a tomar para resolverlo. Era algo malísimo para mí, pero, veo ahora hacia el pasado y digo «¿es neta?, ¿me preocupaba por eso?
Lo mismo me ocurrió cuando entré a una empresa como ayudante de un gerente de compras. Cualquier problemita era enorme. De repente no pasaba el precio colocado y se me venía el mundo encima. Hablaba con el comprador y decía, «no te preocupes, hagamos esto y esto…». Me daba una solución y me sorprendía lo fácil con que tomaba el problema. Me di cuenta de que, en ese momento, no tenía claridad de acción.
Cuando logré convertirme en el gerente de compras en esa misma empresa, esos problemas que me angustiaban ya los veía pequeños, pero había otros que se me hacían enormes y eran muy sencillos para el director. Repito, no es el tamaño de tus problemas, sino de tu mentalidad. ¿Por qué repito tanto esto? Porque quiero compartir contigo la importancia de crecer la mentalidad para lograr el crecimiento de tu negocio y mejorar tus acciones. Quiero compartirte cómo piensan los grandes empresarios.
No se trata del negocio, emprendimiento o de aprender a mejorar como empresario. Se trata de ti, de tu mentalidad y crecimiento como ser humano. Es posible que seas un experto en un tema, pero sigues preocupado por las mismas situaciones, porque no creciste como ser humano, no ampliaste tu mentalidad de crecimiento y superación. Si hoy tienes un problema, cuestiónate qué tan grande es. ¿Él es grande o tú y tu mentalidad no son lo suficientemente grandes para resolverlo? ¿Qué necesitas aprender para que no sea tan grave?
Definitivamente, si empiezas a hacer algo nuevo, un problema puede parecer enorme, pero, si de antemano sabes las situaciones a las que te puedes enfrentar y meditas cómo solucionar las dificultades potenciales, será más fácil solucionarlo. Si te preparas mentalmente, actitudinalmente y con herramientas específicas (emocionales, cognitivas, entre otras), verás que tu mirada hacia las dificultades serán distintas.
Prepararse para un momento incómodo, también nos prepara para ser más fuertes mentalmente. Cuando llegue ese momento y te prepares previamente, verás que estarás listo y el problema ya no será tan grande. Esto no solo aplica en lo profesional, también en lo espiritual, lo personal, entre otros ámbitos. Prepárate mental y espiritualmente, por ejemplo, con conferencias motivacionales, para que no te paralices ante cualquier problema y digas «esto me sobrepasa».
Realmente, todo problema tiene una solución. El reto es cómo lograr que tú, desde tu enfoque y mentalidad, hagas que se vuelva pequeño. Ojo, a veces el problema lo vuelves grande o pequeño, según la forma en la que lo abordas. Es algo que he aprendido tras varios años como uno de los conferencistas más comprometidos.
Recuerda el poder del lenguaje. Si te dices a ti mismo que estás en una etapa de depresión, es obvio que te sentirás muy mal y creerás que no podrás salir sin ayuda de medicamentos. Si, en lugar de ello te preguntas lo que debes cambiar, verás que el problema se vuelve pequeño. Con el simple cambio del lenguaje y del significado dado a ese problema, la percepción también cambia.
En definitiva, no es el tamaño de tus problemas, sino de tu mentalidad. Topo a clientes de mi servicio como coach de negocios que tienen una deuda económica alta, por ejemplo, de un millón de pesos y están estresadísimos. Otros tienen deudas mayores y están más tranquilos y reservados, porque se prepararon mentalmente para resolver cualquier inconveniente. Espero que esta información te ayude. Si necesitas mis servicios, márcame a través de la línea (81) 8000 1971. Te mereces lo mejor.
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