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¿Tienes claridad de acción?

Si subes a tu vehículo y te percatas que el parabrisas frontal está completamente empañado, dime: ¿cómo podrás manejar? ¡Hola! Soy Ricardo Garzamont, tu coach empresarial y, en esta ocasión, te explicaré por qué es importante contar con una visión clara antes de realizar cualquier movimiento. ¡Comenzamos!

Te deseo claridad para todo, especialmente para los negocios

Retomando la pregunta de la introducción, es obvio que no puedes avanzar si tu parabrisas está empañado, es decir, si no tienes claridad sobre la ruta que transitará y el destino al que te diriges. Pero ¿por qué no es posible? Porque seguramente vas a chocar. Podrás moverte, pero los riesgos son muy altos y moverte sin claridad es igual a quedarse inmóvil. Es precisamente por ello que es importante tener en claro cuál es tu fin, además contar con una visión clara para tomar las mejores decisiones.

Es necesario tener claridad para todo: claridad de acción, de decisiones y del sitio al que te dirigirás. Te diré un ejercicio que suelo dar en mis sesiones como coach empresarial. Imagina que pides un Uber, subes a él y el chofer te pregunta: «¿a dónde le llevo?» y que respondas: «no lo sé». ¿Qué crees que haga el conductor? Seguramente se quedará parado o, simplemente, se marchará. Necesitas tener un punto de llegada y tener claro hacia dónde irás para poder avanzar.

Ahora bien, ¿qué sucedería si, pese a tu respuesta, el Uber deja que te subas? Lo único que harán es dar vueltas, gastar gasolina, tiempo, dinero y esfuerzo y sin ir a ningún lado. Debes saber bien a dónde dirigirte o, al menos, tener una zona de referencia para llegar a ella y, posteriormente, buscar algún destino específico. Necesitas tener esa claridad y, mientras más pronto llegue a ti, más rápido y fácil será llegar a un destino.

¿Qué sucede cuándo agarras tu carro y dices «usaré el GPS para llegar a un lugar»? Si no pones la dirección exacta, simplemente no llegarás a ningún sitio. Si subes y dices «vamos a tal ciudad», te llevará a esa urbe, pero no a un punto específico, que es lo más importante. Es exactamente lo mismo que pasa con tus decisiones, negocios y avances rumbo a tus metas.

Si no tienes claro cuál es tu destino, tus propias decisiones te paralizarán, pues ¿para qué avanzar si no sabes a dónde ir? Proceder e ignorar esto es un error que suelen cometer los líderes de negocio, especialmente los emprendedores.

¡No seas un barquito a la deriva y define un destino!

Tras años brindando servicios como coach empresarial, he corroborado que tener visión clara sobre la ruta que transitaremos y el punto al que queremos llegar, nos permitirá tener mayor seguridad para avanzar y más tranquilidad, ya que los riesgos serán menos y más previsibles, además es posible encontrar el camino más rápido para llegar al destino que deseamos. Durante el camino, encontrarás obstáculos, es inevitable. Pero, si sabes de antemano que tras esos obstáculos está tu objetivo, los brincarás o les darás la vuelta sin problemas.

Si comienzas a caminar sin rumbo alguno o sin destino al que llegar, ¿qué sucederá? Qué andarás como barquito a la deriva. Para empezar, es importante tener claro el destino. Si empiezas un proyecto, emprendimiento, sociedad o cualquier otra cosa que desees iniciar y no tienes claridad de una meta, no servirá de nada moverse. Seguramente notarás notables pérdidas mientras te muevas, que pudiste ahorrar al elegir un rumbo seguro. Así no es cómo puede lograrse la mentalidad de un gran líder.

Hace tiempo, en una de mis sesiones como coach motivacional, un cliente me dijo: Ricardo, tengo seis opciones de proyectos que quiero emprender y también tengo seis meses paralizado sin actuar por esa variedad de opciones. Era fácil notar que no tenía claro un destino único. Trabajamos un poco en la toma de decisiones y para que, con base en su intuición y razón eligiera una entre esas opciones que tenía.

Poco después, lo vi con una postura y rostro distintos y me dijo: Ok, ya sé qué tengo que hacer mañana. Se enfocó, tuvo claridad sobre su siguiente paso y, de esta manera, pudo avanzar. Después, pudo escoger una de las opciones restantes para emprender su camino hacia ella. No tener claro, ni preciso lo que quería, no le permitía avanzar

Debes saber que, cuando empiezo un programa de coaching, siempre comienzo por definir dónde quieren estar mis clientes en cinco años. Seguro me objetarás: Ricardo, no tengo ni idea de lo que haré mañana y tú me pidas que defina lo que haré en cinco años. Si. No pido que lo definas con lujo de detalle, pero sí que tengas cierta claridad sobre un rumbo para empezar a avanzar hacia allá. Hazlo, empieza a caminar hacia allá y, poco a poco, tendrás un rumbo y un destino.

Soy Ricardo Garzamont, experto en conferencias motivacionales y espero que estas palabras te ayuden a tener mayor claridad. Si estás interesado en mis servicios, contáctame. Marca al (81) 8000 1971. Nos vemos pronto. Mientras tanto sueña, vive. realiza. Te mereces lo mejor. ¡Muchas gracias!

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