Es muy común que en cada inicio de año, las personas hagan una lista de propósitos a cumplir, los cuales tienen que realizarse a lo largo de los 12 meses que integran el año por comenzar. Estos propósitos muchas veces se olvidan por darle prioridad al trabajo o a la familia, muchas veces es la desidia lo que nos lleva a dejarlos por la paz.
Sin embargo, llevar a cabo cada uno de estos propósitos nos es muy difícil, a lo largo de esta entrada de mi blog, te contaré un poco acerca de cómo conseguir todo eso que planeaste a principios de año, para que consigas tus metas y seas de esas personas que se distinguen por cumplir todo lo que prometen y se proponen en la vida. Y aunque parezca difícil, con un poco de voluntad todo es posible , basta que tengamos ganas de hacerlo.
En algunas de las conferencias motivacionales que imparto al respecto, lo primero que te recomiendo que hagas es cambiarle el nombre de propósito a meta, es momento de empezar a poner fecha a cada una de las cosas que quieres hacer, para eso analiza muy bien el tiempo que dedicarás a conseguirlo, ya que si el objetivo en cuestión no tiene una fecha, seguirá siendo simplemente un sueño o un deseo más de los muchos que tenemos. Sin embargo, al volverse una meta, es lógico que tenga el plazo para alcanzarse.
Como la mayoría de las personas, es muy común que tengas más de una meta que alcanzar durante este año, por ello te recomiendo que coloques cada una de ellas en una categoría diferente, es decir, que las agrupes en cuanto al perfil que ocupen en tu vida, puede ser en viajes, salud, imagen, economía. Escoge un nombre que te resulte impactante e importante para que otras acciones no le roben protagonismo al verdadero objetivo. Por poner un ejemplo de esto, podría decirse que si entre tus metas está el hecho de hacer ejercicio, lo realmente importante será mejorar tu apariencia física y tu salud.
Buscar otro nombre para las cosas que hacemos puede darnos la inspiración que estamos buscando para realizar nuestros objetivos, ya que puede ser que si le cambiamos la dirección a las cosas, revalorando el porqué queremos hacerlas, el camino puede parecernos más atractivo y así nos animemos a recorrerlo, confiando plenamente en nuestra verdadera inspiración, esto nos traerá mucha satisfacción, pues sabremos que estamos obrando a nuestro favor.
Esto que te acabo de mencionar es muy importante, ya que para poder lograr todas tus metas, debes encontrar el verdadero objetivo, es decir, el “para qué” quieres lograrlo, y si esa razón es superficial o poco trascendente, ahí está uno de los primeros detractores, ya que no es un deseo que surja desde nuestro interior. Identificando tu objetivo, podrás encontrar inspiración, fuerza y motivación. Es muy frecuente que en las conferencias motivacionales que tengo a bien dar, salgan dudas al respecto, las cuales resuelvo diciendo que lo único que necesitas es decidirte.
Darle seguimiento a nuestros procesos es importante, por eso te recomiendo llevar una bitácora en la que anotes periódicamente todos tus avances y si llegaras a tener tropiezos, también anótalos, esto te va a servir para que te des cuenta de lo que puede estarte fallando a la hora de intentar llegar a tus metas. Para poder medir tu desempeño, tienes que plantearte metas tácitas, es decir, que se puedan tocar o puedan cumplirse gracias a tu trabajo, pero también que sean específicas.
Está en tus manos lograr cada uno de los objetivos que anotaste al inicio del año, todo depende del empeño y de la actitud que tengas. Otra cosa muy importante es el ánimo que le pongas. ¿Sabías que tú puedes decidir tu estado de ánimo? Es impresionante el poder de nuestra mente, y si la ayudamos con nuestro cuerpo puede ser determinante para sentirte feliz o triste, y que en consecuencia alcances el éxito o fracases en la búsqueda del mismo.
Existen estudios que confirman que la postura que adoptamos con nuestro cuerpo, define el estado de ánimo. Pero más importante aún, que tenemos el poder de decidir cómo nos sentimos. Es muy sencillo, observa a una persona triste e identifica cómo es su postura. Seguramente verás a una persona con los hombros caídos, con la mirada hacia el piso y la espalda encorvada. Ahora observa a una persona que esté feliz e identifica cómo es su postura. Te darás cuenta que estará sonriendo, con la cabeza en alto y su espalda recta. Y claro, eso no es nada nuevo, es obvio que esas características tiene una persona triste y una feliz. Lo interesante aquí es que tú puedes lograr cambiar tu estado de ánimo.
En algunas de mis conferencias motivacionales les pido a mis asistentes que hagan un ejercicio muy sencillo. Que sonrían lo más que puedan, una sonrisa enorme en su rostro. Mientras siguen sonriendo, les digo que intenten enojarse, pero sin dejar de sonreír en grande y te lo pido a ti, querido lector, interesado en cumplir tus metas, intentarlo, enójate, enójate…. ¿verdad que no se puede hacer al tiempo que sonríes? Es imposible cambiar nuestro estado de ánimo sin cambiar nuestra postura o en este caso nuestra sonrisa. Es lo mismo si hicieras el ejercicio al revés.
Los estudios confirman que si mantenemos una postura específica por más de 3 minutos, nuestra mente logrará cambiar el estado de ánimo. Así que, si el día de hoy quieres sentirte exitoso y feliz, actúa como si en ese momento te sintieras de esa forma, independientemente de que por dentro no estés sintiendo eso. Aquí de lo que se trata es de jugarle un truco a nuestra propia mente para sentirnos como queremos. Inténtalo y cuéntame cómo te fue.
Hoy tienes una nueva herramienta para cambiar un estado de ánimo negativo por uno positivo y así conseguir más fácil cualquier cosa que te hayas propuesto a inicio de año. Claro, siempre y cuando tú quieras y decidas sentirte mejor. Como siempre la decisión es tuya.